Despegamos en Tijuana y nos dirigimos a Rosarito, donde haremos un recorrido panorámico por sus sitios más emblemáticos: Estudios Baja, el corredor artesanal, galerías de arte y el histórico muelle. Después, exploraremos Puerto Nuevo, famoso por su langosta al estilo tradicional (incluida). ¡Una parada obligatoria en este viaje interestelar!

Nos lanzamos hacia Ensenada, la “Cenicienta del Pacífico”, para un tour panorámico por su centro cultural, el malecón y un paseo en barco por la bahía. Sugerimos probar los legendarios tacos de pescado o ceviches de La Guerrerense. Luego, nos dirigimos a la majestuosa Bufadora, un espectáculo natural de agua y viento. Para cerrar, un festín de mariscos y cerveza artesanal antes de regresar al hotel.

Es hora de un viaje sensorial por el Valle de Guadalupe, donde visitaremos tres vinícolas representativas del vino mexicano. Cada parada incluye degustaciones y una inmersión en el arte de la vinificación. Para el almuerzo, recomendamos una comida campestre en Finca Altozano o alguna de las joyas gastronómicas de la zona. Un día para saborear lo mejor de la tierra.

Despegamos hacia La Rumorosa, un paisaje de rocas y viento con vistas de otro planeta. Aquí, podremos lanzarnos en tirolesa (sujeto a disponibilidad) y disfrutar del espectáculo natural. Luego, seguimos a Mexicali para descubrir La Chinesca, el barrio chino con historia y cultura fascinante. Para cerrar el día, un banquete lleno de tradición.

Hora de empacar y regresar a casa. Traslado al aeropuerto y fin de nuestra misión en Baja California. ¡Hasta la próxima aventura!

Para los viajeros que quieran continuar la travesía, nos dirigimos al Pinacate, una zona volcánica con cráteres monumentales. Recorreremos los impresionantes cráteres El Elegante y El Colorado antes de montar un campamento en la zona de El Tecolote. La noche será mágica, con observación de estrellas en un cielo limpio y sin contaminación lumínica.

Nos despertamos temprano para ver el amanecer desde el Cono Mayo, una experiencia única en el desierto. Luego, exploramos el Gran Desierto de Altar, hogar de las dunas más altas de Norteamérica. Si la caminata es demasiado, recomendamos una visita al museo Schuk Toak para conocer más sobre este asombroso patrimonio natural. Finalmente, traslado al aeropuerto de Puerto Peñasco y cierre de nuestra expedición intergaláctica.